30 años conectándonos con la biodiversidad

La Ley 99 de 1993 crea el Ministerio del Medio Ambiente (Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, actualmente), reordena el sector público encargado de la gestión y conservación del medio ambiente y se organiza el Sistema Nacional Ambiental (SINA). Esta ley, en el Título V, señala que el Instituto Humboldt “tendrá a su cargo la investigación científica y aplicada de los recursos bióticos y los hidrobiológicos en el territorio continental de la Nación” y que “las investigaciones que el Instituto adelante y el banco de información que de ellas resulte, serán la base para el levantamiento y formación del inventario nacional de la biodiversidad”.

El 20 de enero, en la Casa de la Cultura Antonio Ricaurte en Villa de Leyva (Boyacá), a las 11 a.m., se firma el Acta de Constitución del Instituto Humboldt y se adoptan los estatutos que, entre otros, establecen que la sede principal y domicilio quedará ubicada en este municipio. En 1998 se hace una modificación y se define que la sede principal se traslada a Bogotá.

Cerca de 40 000 ejemplares, principalmente de plantas y vertebrados, que conformaban las colecciones del Inderena, se entregaron al Instituto Humboldt. Durante el primer semestre de 1996 se realizó la revisión de todos los catálogos físicos recibidos y se dio inicio al proceso de digitalización, organización, mantenimiento y curaduría de las colecciones. En la actualidad, el Instituto cuenta con 12 colecciones biológicas, con más de 22 000 especies registradas, que representan aproximadamente el 40 % de la biodiversidad colombiana. Además, resguardan 2384 especímenes tipo, con los cuales se han descrito 747 nuevas especies en distintos grupos biológicos. Todos los datos asociados a los ejemplares están sistematizados y disponibles a través del SiB Colombia, lo que fortalece la política de datos abiertos del Instituto.

En noviembre de 1995 se abre la primera sede del Instituto Humboldt en Bogotá, ubicada en los Cerros Orientales y conocida como Venado de Oro. Allí operó la Dirección Financiera y Administrativa del Instituto hasta 1996. En la actualidad funcionan oficinas, salas de reuniones, laboratorios, entre otros.

Se inician operaciones en Villa de Leyva, Boyacá. Primero se alquiló la Real Fábrica de Licores, que era propiedad de Telecom, y luego se rentó la Casa de la Chicha. En paralelo, se adelantaron los contactos necesarios con la Alcaldía Municipal y con la Subdirección de Monumentos Nacionales del Instituto Nacional de Vías para obtener el Claustro de San Agustín como sede. La restauración del Claustro se terminó en diciembre de 1996, momento a partir del cual el Instituto suscribió un comodato para el uso de estas instalaciones, en las que aún opera y donde se preservan sus colecciones biológicas.

Con el propósito de obtener información sobre la estructura y dinámica de los bosques andinos y de las poblaciones de árboles, el Instituto establece una parcela permanente de 25 hectáreas, en colaboración con la Fundación FES, en la reserva natural La Planada (Nariño). Esta reserva contaba con una tradición de investigación desde 1983 y con infraestructura para la investigación. Con este hito se da inicio a los primeros trabajos de investigación en dinámicas forestales de largo plazo y fue la semilla para el trabajo con parcelas permanentes del Instituto.

Investigadores del instituto, junto con un grupo de expertos nacionales, se reúnen para identificar las áreas que deben ser priorizadas para realizar inventarios de biodiversidad y para definir unidades de conservación. Como resultado se obtienen varios mapas de áreas priorizadas, un trabajo que resulta muy novedoso para la época. Este insumo orientó la investigación durante los primeros cinco años del Instituto Humboldt.

Con el propósito de caracterizar los componentes de la biodiversidad presentes en los diversos ecosistemas de Colombia, se crea el Grupo de Exploraciones y Monitoreo Ambiental (GEMA) que realizó varias expediciones en el país: Farallones de Medina, Quindío, Parque Nacional Tamá, La Planada, Serranía de Chiribiquete, Iguaque y Malpelo, entre otras.

El Instituto Humboldt suscribe un convenio con el Smithsonian Institution para instalar, en su sede de Villa de Leyva (Claustro de San Agustín), una exhibición itinerante de 40 paneles que mostraban la riqueza y el valor estratégico de los bosques tropicales. La exhibición fue visitada por cerca de 5 mil personas y se convirtió en la primera vez que el Instituto instaura una exhibición abierta al público.

En 1997 se publicó el Informe Nacional Sobre el Estado de la Biodiversidad (Inseb), el primer esfuerzo en reunir a investigadores de diversas entidades con el fin de elaborar un diagnóstico sobre el estado de la biodiversidad del país. Más adelante, en 2006, se publicó el Informe Nacional sobre el Avance en el Conocimiento y la Información de la Biodiversidad (Inacib), el segundo diagnóstico sobre el estado de la biodiversidad. Ambas publicaciones fueron el antecedente que dio origen al Reporte BIO. Esta publicación se edita e imprime desde el 2014 y en su producción han participado cerca de 700 autores y más de 170 instituciones.

Con el fin de incluir la dimensión genética en el estudio de la diversidad biológica, el Instituto firma un acuerdo de cooperación con el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) y se establece la apertura del Banco de Tejidos y el Laboratorio de Biología Molecular en sus instalaciones, en Palmira. Allí fueron instalados los dos primeros tanques de nitrógeno líquido para el almacenamiento de muestras de ADN. Actualmente, se llama “Colección de Tejidos” y continúa su operación en esta sede y constituye uno de los reservorios de información genética de especies silvestres más grande de Colombia, con 46 719 tejidos preservados.

La revista Biota Colombiana, de carácter científico, surge como una apuesta institucional por tener una publicación seriada dedicada a la biodiversidad colombiana. Esta primera edición contó con el apoyo del Missouri Botanical Garden y el Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia. Tras 25 años de trayectoria, la revista se ha convertido en líder de producción de conocimiento en el país y empieza a consolidarse como un importante referente de biodiversidad neotropical a nivel regional.

El Registro Nacional de Colecciones (RNC) es un instrumento que consolida y divulga la información sobre las colecciones biológicas del país y permite visibilizar el invaluable patrimonio natural que tiene Colombia. Fue creado con el Decreto 309 de 2000 y su administración se le delegó al Instituto. El RNC funcionó en formato físico desde el 2001 hasta 2014, cuando se implementó la plataforma digital.

El SiB, que fue creado con el Decreto 1603 de 1994, entra en funcionamiento en el año 2000 como red nacional de datos abiertos sobre biodiversidad bajo la coordinación del Instituto Humboldt y el direccionamiento de los institutos del SINA. Su implementación marcó un hito en la gestión de datos abiertos sobre biodiversidad en el país, consolidándose como el subsistema de información en biodiversidad del SIAC. El SiB Colombia facilita el acceso y uso de información sobre la diversidad biológica, promoviendo su integración en la toma de decisiones. Desde 2003 es el nodo nacional de GBIF y hoy cuenta con más de 35 millones de datos compartidos por más de 240 organizaciones, posicionándose como referente internacional en la movilización de datos de biodiversidad.

Con las directrices de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) para el análisis de riesgo de extinción de especies de fauna y flora, el Instituto Humboldt, en coordinación con otras instituciones, inicia la publicación de esta serie con el Libro Rojo de Aves de Colombia. En esta serie también se publicaron los libros rojos de peces dulceacuícolas, peces marinos, reptiles, briófitas y plantas fanerógamas. Estos libros son un insumo fundamental para la actualización de especies amenazadas en el país.

Con el proyecto Andes (2001-2007), el Instituto priorizó algunas regiones de páramos, pero no fue sino hasta el 2006 que inició su trabajo enfocado en este ecosistema, gracias al proyecto Conservación de la Diversidad en los Páramos de los Andes del Norte y Centrales, iniciativa para la conservación y uso sostenible de los páramos de Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. Posteriormente, en 2011, se ejecutó el proyecto Páramos y Sistemas de Vida financiado por la Unión Europea, el cual finalizó en el 2014. En la actualidad, el Instituto continúa su trabajo a través del proyecto GEF Páramos para la Vida, que se desarrolla en 16 complejos de páramos en Boyacá, Cauca, Nariño, Cundinamarca, Tolima y Santander.

El Instituto Humboldt y Ecopetrol, por varios años, han combinado esfuerzos para lograr que la empresa incluya la conservación de la biodiversidad en sus rutas de trabajo. Así, en 2009 nace el proyecto Planeación ambiental para la conservación de la biodiversidad en las áreas operativas de Ecopetrol y, en 2019, se firma el convenio Fibras, enfocándose en la conformación de 6 Ecoreservas en los departamentos de Huila, Casanare, Meta y Santander. Luego, entre 2022 y 2024, se establecen cuatro nuevas áreas empresariales localizadas en Cundinamarca, Meta y Córdoba también en el marco del Convenio Ecoreservas. En 2025 se inicia una nueva alianza para lograr la medición de la gestión de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos en el modelo de negocio de Ecopetrol, bajo la asesoría técnico científica del Instituto Humboldt.

El Gobierno colombiano, representado por el Ministerio de Ambiente y la Cancillería, con el acompañamiento del Instituto Humboldt, asistió en calidad de miembro de la IPBES a la primera sesión plenaria de la plataforma en Bonn, Alemania, en la que se aprobó su primer programa de trabajo y se acordaron los aspectos básicos de su funcionamiento. La IPBES, organización internacional independiente, ligada al Sistema de Naciones Unidas, nació para fortalecer la interfaz ciencia-política con el objetivo de conservar la biodiversidad a nivel global. El Instituto fue designado como punto focal para Colombia, designación que sigue ocupando en la actualidad.

Como respuesta a la ola invernal ocurrida entre el 2010 y el 2011, el Instituto suscribe un convenio con el Fondo Adaptación Colombia para implementar una estrategia de coordinación interinstitucional con el objetivo de producir información actualizada sobre los ecosistemas priorizados en páramos y humedales. De aquí nace el proyecto Colombia Anfibia, que representa un hito en la generación de conocimiento sobre los humedales del país. Este esfuerzo permitió la conceptualización, identificación, localización y clasificación de estos ecosistemas, involucrando a científicos, autoridades ambientales y la sociedad civil.

Se dio inicio a la agenda de investigación para la gestión integral del bosque seco tropical (BST) en Colombia, materializada por la Red BST-Col y la alianza de más de 30 entidades y 90 investigadores. Desde entonces, se han establecido múltiples plataformas de monitoreo de la biodiversidad en todo el territorio de bosque seco del país, de las cuales se ha generado gran parte del conocimiento actual sobre este ecosistema. La gestión de este conocimiento -mediante redes sociales, talleres, artículos científicos, libros, guías y manuales- ha contribuido de manera significativa en la toma de decisiones. Aunque el BST sigue siendo uno de los ecosistemas más amenazados del país, se han puesto en marcha múltiples acciones a lo largo y ancho del territorio del bosque seco, ancladas en el territorio y que articulan a todos los actores involucrados.

Gracias al proceso de paz, que facilitó el acceso a territorios que eran inaccesibles por problemas de orden público, se da inicio al proyecto Colombia BIO en 2015 para fomentar el conocimiento, conservación y aprovechamiento sostenible de la biodiversidad. El Instituto Humboldt, en 2016, realiza la primera expedición de Colombia BIO en las cavernas del Peñón, en Santander. En esta expedición, se descubre una nueva especie de planta que es nombrada Elaeagia pascisnascis en honor a la “paz naciente”. Posteriormente vinieron las expediciones de los proyectos de Boyacá BIO y Santander BIO, en 2018.

Surge en el Gobierno Nacional con el apoyo de instituciones como WRI y el Instituto Humboldt. Luego, gracias a una alianza entre el Foro Económico Mundial y el Instituto Humboldt, se desarrolla el marco conceptual de esta estrategia. Como resultado, Colombia se consolida como el principal promotor de este concepto en el mundo y, a nivel nacional, se avanza en la implementación de proyectos para mejorar la gestión de la biodiversidad en áreas urbanas, mediante ejercicios de ciencia participativa en 8 ciudades del país y una expedición de bioeconomía en Barranquilla. También, con el apoyo del fondo UK-Pact y el trabajo conjunto entre ICLEI Colombia, WRI y el Instituto Humboldt, se implementa el proyecto NaBa: Ciudades Resilientes Basadas en la Naturaleza, cuyo objetivo fue apoyar técnicamente a 6 de las BiodiverCiudades en Colombia para fortalecer la acción climática y la conservación de los ecosistemas.

En una alianza con el Instituto Nacional de Salud y gracias a su capacidad científica, el Instituto Humboldt participa en la secuenciación del primer genoma del Covid 19 en Colombia y se vincula a la red de vigilancia genómica, que permitió conocer la dinámica de los linajes circulantes en el país, así como sus patrones de transmisión, aportando a las soluciones sobre el Covid 19. Este fue un avance en el estudio de la conexión entre la salud de los ecosistemas, los animales y la salud humana, tema que hoy ocupa la agenda internacional conocida como “Una Salud” (One Health).

El Instituto, en 2022, contribuye con el proceso de innovación social de turismo científico de naturaleza que se realiza en la Reserva La Planada (Nariño), en el Resguardo Awá. Gracias a este trabajo se logra la formación de investigadores Awá, la resignificación y apropiación social del territorio ancestral y una cifra de 10.323 especies observadas. La Planada se configura como un territorio resiliente y se fortalece el trabajo de bioeconomía y apropiación social del conocimiento, pilares del Instituto Humboldt.

Luego de vivir la violencia y el desplazamiento por el conflicto armado, los Montes de María renacen como un territorio emprendedor. MinCiencias, el Instituto Humboldt, pasantes de la Universidad de Sucre y las comunidades montemarianas, se alían para realizar una expedición e identificar el potencial de su agrobiodiversidad, la cual contó con la participación de 26 organizaciones y más de 200 personas. Las mujeres y los jóvenes desempeñaron un rol protagónico. Como resultado de este trabajo se publicaron los libros: “Agrobiodiversidad icónica de los Montes de María” y “Ecosistemas culinarios: uso de la agrobiodiversidad para la conservación del bosque seco en los Montes de María“

A través del proyecto “Contribución a la gestión integral de Yaguará II, núcleo de desarrollo forestal”, el Instituto, de la mano de la comunidad local, logró consolidar 420 hectáreas de restauración productiva, 51 acuerdos de conservación, 65 contratos que benefician a 150 personas y una guía de especies nativas. En este proceso, uno de los cobeneficios más importantes fue brindar condiciones para el retorno de familias que habían sido desplazadas del territorio.

El Instituto Humboldt estuvo presente en la COP16 del Convenio de Diversidad Biológica, que se realizó en Cali. Además de participar en las negociaciones, el Instituto acercó el conocimiento a la ciudadanía gracias a La Casa Humboldt, un espacio en el que se realizaron más de 257 eventos académicos, talleres y exposiciones para todos los públicos, de manera gratuita y al que asistieron más de 29 000 personas y estudiantes.

El Instituto Humboldt es elegido, por parte del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), como uno de los 3 centros subregionales de apoyo técnico y científico para América Latina y el Caribe. La elección se establece con el objetivo de prestar apoyo técnico y científico a 12 países de la región, incluyendo a Colombia, en el cumplimiento de las metas del marco global de biodiversidad Kunming/Montreal. Esto representa una responsabilidad para el Instituto, pues 6 de los 12 países que se cubrirán en el Centro son reconocidos como los más biodiversos del planeta. Este también es un paso importante del propósito de internacionalización del Instituto.

Para conmemorar sus 30 años, el Instituto sigue acercando el conocimiento sobre la biodiversidad a las personas, a través de narrativas innovadoras que nos conecten. En 2025, La Casa Humboldt estará presente de forma itinerante en varias ciudades del país, como Bogotá, Medellín y Villa de Leyva. En estos espacios, el público participará en talleres y eventos académicos que promuevan la reflexión sobre nuestra biodiversidad. Además, inauguramos Bioverso, un museo experimental dedicado a la biodiversidad, ubicado en el Claustro de Villa de Leyva. En este espacio se ofrecerán exposiciones y talleres experienciales para fomentar el aprendizaje y la interacción con los ecosistemas. Y, en nuestra mirada hacia los 30 años futuros, nos seguimos fortaleciendo en proyectos de investigación y trabajando por la preservación y uso sostenible de la biodiversidad.